Disociación
Lo bajan de una patada al perro del sillón por atrevido y maloliente. El viejo Zuncho le grita ¡Juira! al barbincho miniatura que se pierde en el pasillo oscuro. Canta la China unas coplas desentonadas, meta guitarra y copete que le desploma la vergüenza. El hombre escribe en la computadora estas palabras. Siempre el mismo hombre, siempre presente. Sin embargo, en las tantas historias que enredan su mente hay una que sobresale, esa que está expectante, la que es simiente de los embrujos que fascinan a los desprevenidos. Esta historia es sobre la China, la de la guitarra, la que deshila su corazón como un ovillo que entrega para que todos tejan su bienestar. La China no sabe lo que es el presente porque en su mente acontecen los hechos de un futuro que no va a suceder. El dolor está latente como un eco que no la deja en paz. La presencia de un calor invisible le indica los pasos, como la estrella primera le marca el rumbo al enviado de un dios que vaga por el desierto. ...